Rutas por España registradas con gps, mapas y fotos.

Campillo de Purchena - Rambla Olula - Collado del Aire - Campillo de Purchena.

Tipo de ruta
Circular
Distancia aproximada
27 Km
Tiempo estimado recorrido
3h 30m marcha, 40m de paradas.
Altura mín. / máx. (m)
614 / 1.0754 Des Ac 787
Mapas necesarios
IGN 995 (1:50.000)
Dificultad
Media
Recorrido registrado con el gps, insertado en el mapa.(496 Kb, 89 seg. a 56 Kbps)
Perfil de la ruta registrado con el gps.
Galería de fotos tomadas en el trayecto.

Archivos del track / 3D

Oziexplorer -- Google Earth

Archivo del recorrido registrado con el gps manejables con Oziexplorer y Oziexplorer 3D respectivamente, ver sección ficheros.
Descripción del recorrido

Iniciamos el recorrido desde Campillo de Purchena dirección sur, por la rambla que pasa junto al pueblo, hasta llegar a un molino prácticamente derruido. Si llegamos hasta el molino en cuestión, ya nos hemos pasado, puesto que 100 metros antes hemos de tomar un camino que sale a nuestra izquierda y que tras una pequeña subida hace un fuerte giro a la derecha haciendo que éste discurra paralelo a la rambla. Tras medio kilómetro de pequeños repechos llegamos a una bifurcación del camino. Tomamos el ramal que sale hacia la derecha y que nos lleva, después de unos cientos de metros, nuevamente a la rambla de Olula. El trayecto por ella es cómodo si bien algunos tramos presentan una ondulación que te impide ir todo lo rápido que quisieras. Por otra parte tampoco es conveniente dejarse caer sin precaución de ningún tipo puesto que es muy frecuente encontrarse obstáculos difíciles de sortear si bajamos a gran velocidad, como piedras, ramas, retamas o incluso las propias curvas trazadas por el agua que no entiende de peraltes ni de radios de giro.

Tras 12 kilómetros de divertida bajada, interrumpida ocasionalmente por las necesarias paradas fotográficas, llegamos a una explanada desde la que, mirando hacia atrás, podemos ver la sierra. La ruta introducida en el gps hace que este nos indique hacia la derecha. Paramos, miramos a la derecha sin ver ningún camino y en ese momento empiezan las primeras dudas de fe, ¿que ruta le habré metido yo al gps?, toca sacar el mapa en papel, "pues aqui no viene ningún camino a la derecha", con lo que hay que echar pie a tierra y estudiar la situación detenidamente antes de tomar ninguna decisión. Tras unos minutos de observación y reflexión sobre el terreno, tengo la certeza de cual debe ser mi destino más inmediato, un camino que pasa por lo alto de unos cerrillos. Para llegar a él tengo subir por un trazado casi desaparecido entre la maleza, y solo visible desde una posición muy concreta, de ahí la dificultad para encontrarlo. La pendiente es de un 30% con lo que la subida se hace a pié y con la bici a cuestas.

Una vez que hemos llegado al camino que hay por lo alto de los cerros vemos que, aunque está en buenas condiciones, es una temeridad bajar los toboganes montado en la bici, la pendiente es tan espectacular que no dejamos de buscar matas que nos permitan agarrarnos en caso de resbalar. Este camino desemboca en otro más amplio que nos llevará al Collado del Aire, para lo que previamente debemos subir hasta el Cerro del Tesoro. Son solo 2 kilómetros pero en los que hay que salvar un desnivel de 400 metros sin que el camino le de una sola tregua a las piernas, por lo que los momentos fotográficos, vamos, en los que me paro a hacer fotos, son más que bienvenidos.

Tras pasar el cerro del Tesoro iniciamos la etapa descendente del camino hasta llegar nuevamente a la rambla. El llamarla descendente no significa que no tenga rampas ascendentes pero se ven de otra manera cuando sabes que tras unos cientos de metros cuesta arriba tienes unos miles de metros cuesta abajo.

Una vez que llegamos a la rambla, la tomamos contracorriente y vemos que aunque el camino desde aqui es igual que el realizado a primera hora de la mañana, el aspecto es totalmente diferente y parece que vamos por otro sitio, debido al cambio de luminosidad y de sombras. También es cierto que se sube observando el entorno con más detenimiento que cuando se baja puesto que la reducción de velocidad impuesta por la cuesta arriba da más juego a la hora de contemplar el entorno, quizás por ello pude ver un par de escorpiones en el camino, aplastados por la rueda de algún vehículo, y que dado el aspecto casi puedo afirmar que estaban ahí cuando bajaba. Por último acometemos una fuerte subida, pero corta, que nos saca de la rambla si bien nos lleva paralelo a esta, hasta que desde justo antes de empezar a bajar vemos El Royo, nuevamente destino final del recorrido.